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mércores, 21 de novembro de 2012

Repasando a violencia machista no ámbito educativo ao longo do século XX


Amelia  Valcárcel (...) Recordó cómo en 1911 se autorizó a la mujeres que se matriculasen en la Universidad ya que hasta entonces, las universitarias, más que una excepción, constituían casi una extravagancia. Concepción Arenal, indicó Valcárcel, según cuentan las crónicas, tenía que asistir a clase vestida como un hombre. “Es decir, que el travestismo en aquella época era menos escandaloso que la presencia de una mujer en las aulas”, apostilló la filósofa, con esa ironía deliciosa que la caracteriza.

También recreó lo que supuso aquella fecha, 1911, para el valiente grupo de mujeres que reunieron el coraje suficiente para matricularse, mujeres a las que se llamaban, en ese lenguaje cursi de entonces, “señoritas estudiantes”: que fueran esperadas a la salida por un grupo de hombres que tuvo a bien apedrearlas, lo que motivó, a su vez, un incendiario artículo de Rosario Acuña, ‘Ruge la caverna’, que la propinó el destierro.

Aunque afirmó que la situación de la mujer hoy en día es mucho mejor que entonces, a su juicio “se ha avanzado con un ritmo regular”. “En es imposible que nos durmamos en los laureles porque no hay laureles sobre los que dormirse”.