"Estamos aquí diciendo todos que no vamos a pegar nunca a una mujer y llegas un día y a saber qué te pasa o lo que sea, la puedes pegar, eso surge, (...) / "Pero es que el hombre no la pega porque no haya hecho nada, no llega a casa su mujer está sentada en la tele y se pone a pegarla, estaría loco" / "Hay que poner el friegaplatos y ayudarla. Hacen más que nosotros, la verdad. Pero bueno, son sus costumbres" / "Vale que esto es un pensamiento un poco antiguo, pero si el hombre se tira 10 horas fuera de casa y la mujer no tiene nada que hacer en el día pues oye qué menos que... no está obligada, pero que tenga el detalle de tener la cena preparada" / (...) "Sí, puede que piense que la mujer no debería tener tanta libertad... antes la mujer no podía hacer nada y ahora está en todos los lados".
Los entrecomillados anteriores son frases pronunciadas por diferentes adolescentes varones residentes en Madrid de entre 12 y 17 años, recogidos en un informe sobre "violencia de pareja hacia las mujeres en población adolescente y juvenil y sus implicaciones en la salud" elaborado Dirección General de Atención Primaria de la Consejería de Sanidad. El estudio también recoge las impresiones de ellas:
"Se pone histérico y te hace así y tal, pero nunca me ha llegado a pegar. Pero no me deja ni tener amigos... chicos" / "Hombre, obligar, no te puede obligar, pero (...) a lo mejor para estar bien con él pues no lo haces ¿sabes?" / "A lo mejor también la mujer le machaca y un día le llega a agobiar tanto que no puede más y salta. Pero luego, cuando ya piensa bien las cosas se arrepiente de lo que ha hecho" / "Es incluso peor que te estén machacando día a día diciendo que eres una mierda y que no vales para nada, que que te den un guantazo. Y no sé, es machismo, yo creo, por parte del hombre a la mujer" / "Yo llevo con mi novio dos años y medio casi, ¿vale? Y sí, a veces estoy muy bien con él y demás, pero otras veces me cabreo porque es un poco machista. Muchas veces que hablamos de un futuro, de si algún día nos fuésemos a vivir juntos y me dice que yo le tengo que planchar la ropa, que yo le tengo que hacer la comida, que yo le tengo que coser las camisas. Digo, pero tú estás flipado (...). Nunca me ha levantado la mano en la vida, ni que se le ocurra, pero sí que es un poco machista".
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