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domingo, 11 de marzo de 2012

La Fórmula preferida del profesor de Yoko Ogawa.

En el Club de Lectura de "profes" hemos leído últimamente La Fórmula preferida del profesor de Yoko Ogawa. (Más información abajo a la derecha). Hemos compartido lectura con otros miembros de un Club de lectura virtual, desperdigados por la geografía española, organizado por Isi , y hoy nos toca publicar una reseña, en castellano, sobre la obra. Lo hacemos encantad@s. Ha sido una experiencia fantástica que esperamos repetir.

Reseña: La Fórmula preferida del profesor de Yoko Ogawa.

Una exquisita técnica en el relato los hechos y en la presentación paulatina de personajes engancha al lector desde el principio de la novela. La autora combina con éxito esta delicadísima construcción de las acciones con frecuentes elipsis. A menudo faltan datos, se sobreentienden momentos vividos que como lector@s debemos recomponer. La reelaboración de estos datos se hace con facilidad, pero lamentamos esa ausencia en el relato de ciertas anécdotas, que resultarían tan gratificantes. Nos preguntamos si este “abuso” de la elipsis es propio de la narrativa oriental o japonesa.

El profesor de matemáticas, eje central de la novela entorno al cual giran los otros personajes, posee una memoria de 80 minutos, aunque es capaz de recordar su vida anterior al accidente sufrido en 1975. Una mujer, narradora de la historia, entra a trabajar para él, contratada por su cuñada, viuda, que vive aislada en el otro lado de la misma casa. También el hijo de la empleada de hogar establece una relación muy cercana con el profesor, que adora a los niños.

La acción que sucede en el tiempo inmediato o actual está constituida por la convivencia del profesor con la cuidadora/cocinera/limpiadora y su hijo. A pesar de la limitación del profesor, la adaptación y la paciencia de estos dos otros personajes crean un ambiente familiar y de camaradería , de cariño y respeto. Sentimientos no mostrados abiertamente en ningún momento sino contenidos a lo largo de toda la novela, expresados en actitudes y hechos. La contención de las emociones ante los demás, característica asignada tradicionalmente al pueblo japonés, se confirma una y otra vez en los comportamientos de los personajes de la novela.

La acción que ha sucedido en un tiempo anterior se va desvelando progresivamente de manera muy sutil. Es la historia de amor entre el profesor y su cuñada. Los sentimientos del profesor son indudables y se van desvelando a través de los hallazgos de la trabajadora del hogar. Los sentimientos de ella no son abiertamente desvelados, pero condicionan su relación con la empleada. Son sus celos contenidos los que provocan el conflicto en la novela. Además, se insinúa un posible adulterio el día del accidente en el que el profesor pierde la memoria, e intuimos el debate interno de la viuda que se siente culpable, pero a la vez ha de reconocer que ha amado al profesor toda la vida (solo desde ahí entendemos su decisión final y su relación con la narradora).

La ciencia matemática ocupa un papel central en la novela. Es la pasión del profesor, desde ahí entiende el mundo y soporta su penosa situación existencial. Constituye la redención de la trabajadora del hogar y de su hijo; este decide dedicar su vida a la enseñanza de las matemáticas. Compone la demostración de amor que la viuda recibe del profesor, hasta por dos veces. En el pasado, con la dedicación de toda su obra matemática. En la actualidad, fusionando y actualizando las dos acciones de la novela, a las que me he referido, con la demostración matemática preferida del profesor, que conlleva la solución al conflicto en la novela y a su conflicto interno. Mediante esa fórmula él es capaz de expresar sin palabras que no debe dudar del amor que él siente por ella, y ella por fin es capaz de comprenderlo y asumirlo. (Sobre la fórmula, recomendamos ver http://www.aeromental.com/2006/09/04/belleza-matematica/). La viuda comprende que nada debe temer ante la presencia y buena relación del profesor con la trabajadora y su hijo. Su relación es bella y adecuada tanto en la forma de llevarse a cabo (“el método”) y en los beneficios que a él le ha otorgado esta relación (“el desenlace”). Como en la fórmula, elementos que no guardan aparentemente relación se han combinado para crear un hermoso resultado, sin nada que esconder, ocultar o de lo que avergonzarse.

El profesor es uno de esos personajes que queda grabado en la mente de l@s lector@s para siempre. Con él nos emocionamos en cada capítulo de la novela, hacemos nuestros sus agobios, sus risas, sus tristezas y su incomprensión ante el mundo que nos rodea. Realmente inolvidable este profesor, sufridor y desmemoriado. Conocerle ha sido un inmenso placer muy recomendable.